UCRANIA: ¿GATILLO DE UNA NUEVA GUERRA FRÍA?
La política es la expresión concentrada de la economía (Lenin), mientras que la guerra es la continuación de la política por otros medios (V. Clausevitz).
Los expertos internacionales dicen que algo de esto está pasando en Ucrania. Al respecto, adjunto una nota de aproximación.
¿Se acabó la
prometida era de paz, colaboración y entendimiento que se juraron las
principales potencias al terminar la guerra fría a la caída del muro de Berlín
y del bloque soviético?
Aun cuando la
crisis de Ucrania, en el marco de las bravatas de Putín y Obama, no son señales,
ni lejanas, de una III Guerra Mundial, queda claro que el mundo unipolar de
dominio político y militar podría estar terminando tras las actitudes de Rusia
que, por lo visto, en occidente no tienen la fórmula para neutralizarlas.
La manzana de la
discordia, ahora, es Crimea (República Autónoma de Ucrania). Previamente, esta península era parte del
territorio de la URSS, luego fue entregado a Ucrania en la década del 50 del
siglo pasado, a partir del cual la historia de Crimea y sus pertenencias, así
como su status político, se torna sinuosa.
El 11 de marzo
de 2014, el Parlamento de Crimea declaró su independencia de Ucrania bajo la
denominación de República de Crimea que incluye la ciudad portuaria de
Sebastopol, actualmente usada por la fuerza naval rusa. El 16 de marzo de 2014, se llevará a efecto
un referéndum en el cual se consultará a los ciudadanos de Crimea si quieren
ser parte de la Federación Rusa, como República independiente, o mantenerse en
Ucrania. Todo hace suponer que el resultado podría devolver Crimea a la
Federación Rusia, hecho que no aceptará Ucrania ni los países
occidentales. Esta es la chispa que
puede encender la pradera.
Sin embargo, los
países europeos no tienen la más mínima posibilidad de ponerle condiciones a
Rusia, cuyos empresarios y capitales son parte de su engranaje financiero,
especialmente de Inglaterra, Alemania y Holanda. Miles de millones de euros/dólares rusos depositados
en la banca europea son poderosos argumentos para el obligado silencio o tibias
decisiones políticas contra Rusia. En
EEUU sucede algo similar, guardando proporciones, pues el peso de las
inversiones rusas, así como de sus intereses económicos, incrustados en las
arterias del sistema económico y financiero norteamericano, impiden una acción
firme de EEUU.
La ocupación rusa
de Georgia en 2008, también mereció la misma actitud timorata de occidente
aunque maquillada, como es usual, con bravuconadas para la tribuna.
Así las cosas,
es cada vez más claro el debilitamiento del otrora poderoso e indiscutible
EEUU. Esta situación no es ajena a los
cálculos geopolíticos de Putin y sus aliados. El monopolio del poder político,
militar y económico ya no es más de EEUU. Es frecuente leer y escuchar decir que Rusia
ya “no le tiene miedo” al tío Sam que, por otro lado, está perdiendo el
respecto de sus socios de la UE mientras, a la vez, éstos privilegian sus
negociaciones con el oso ruso. Sumémosle a este escenario a China, aliado
estratégico muy poderoso que, por ahora, le interesa estar al lado de Rusia.
Lima, 12de marzo
de 2014.