lunes, 28 de abril de 2014

“DESACELERACION” del crecimiento económico en el Perú.
De Nilo Meza
Hace 25 años inició su periplo planetario el famoso, casi popular, “Consenso de Washington”.  Con su 10 recetas, inicialmente pensadas para Latinoamérica en plena crisis de deuda, recorrió el mundo y tiró al trasto todo aquello que se pareciera a una economía cuyo Estado se había convertido en el verdugo de la “mano invisible” de Smith.
Con el “consenso…”, entre otros, se desencadenó la “libre y sana competencia” por los mercados mundiales, facilitados por los TLC que proliferaron a lo largo y ancho del mundo.  Esa carrera aún no termina.
En ese marco, el Perú firmó su TLC con EEUU que, luego de 5 años de “libre y sana competencia” muestra resultados catastróficos para nuestra balanza comercial. Esa tendencia podemos encontrar en la mayoría de los TLC firmados con países destino de nuestra materias primas, salvo con China, aunque su impacto es devastador para crecimiento interno.
La Política Comercial del Perú, desde el golpe a la democracia de Fujimori en 1982, aplicó disciplinadamente la 6ta receta del “Consenso…” y tuvo en los TLC su principal herramienta, alentando y consolidando nuestro carácter primario exportador, básicamente de minerales (60% de nuestras exportaciones totales), e ignorando completamente la necesidad de diversificar sus matrices productivas y energéticas, no solo por una mínima opción de nacionalismo, sino incluso en clara inobservancia de la 5ta receta del referido consenso que, expresamente, recomendaba estimular el crecimiento acelerado de las exportaciones no tradicionales.  Esto hizo Chile, por ej., y es menos vulnerable a los precios de sus materias primas que también exporta.
La “desaceleración”, en ese contexto, no es culpa solamente de los chinos que deciden comprar menos metales al Perú, impactando en los precios internacionales, sino de la incapacidad de este gobierno y de los que lo precedieron, de poner en marcha una política económica que permita reducir vulnerabilidades que ocasiona ser un productor de materias primas, de lo que la cursilería, le llama commodities.
Esa “desaceleración” ha desquiciado a la burocracia dorada que manda en el gobierno. No entienden que ese es el costo, previsible hasta por el más humilde empresario, de tener una economía dependiente de la exportación de minerales y no de la voluntad china de comprar o no comprar nuestras materias primas.
Miguel Castilla, del MEF, da golpes ciegos, habla mal de los chinos y dice que nuestro crecimiento será 6% (enero 2014), 5.7% (abril 2014), sin recordar que en 2013 nos endilgaba 6.5% para 2014.  Etc.  Su colega del BCR, dice que será solo 5%, pero un asesor de CEPLAN, el americano Barry Hughes, le enmienda la plana a todos y predice que es altamente probable que nos acercaremos al 4%. Locura total y, como postre, bronca entre el BCR y MEF.
Jugar impunemente con indicadores de crecimiento y generar ilusiones diciendo que somos los mejores de la región, es la estrategia diversionistapara estas ocasiones.  Ocultar los graves problemas sociales y económicos que encaramos, es el objetivo.
Julio Velarde del BCR, dice sin ningún empacho, que en febrero tuvimos superávit comercial de US $ 58 millones. Y solo días después, ADEX, entidad que se atribuye la autoridad suprema en materia de exportaciones, le enmienda la plana a Velarde señalando que el primer bimestre, incluyendo “su febrero feliz”, tuvimos un déficit comercial de US $ 5983 millones. Locura en las alturas del poder político y económico.
Como se ve en las estadísticas oficiales, el déficit comercial es una tendencia anual desde que abrieron de par en par las puertas de nuestra economía  para  comprar lo que sea del exterior (con alto VA) y vender orgullosamente nuestras materias primas; oh Prebich, no te leyeron nunca!
El modelo económico, o como se llame la forma de gestionar la economía peruana, tiene en el comercio exterior su principal bastión, no es casual la proliferación de los TLC con los resultados que vamos viendo, especialmente el suscrito con EEUU, que luego de 5 años nuestra balanza comercial, luego de ser superavitaria, ahora es deficitaria con EEUU.
Entonces la “desaceleración” no puede ser explicada echándole la culpa a otros sin examinar las causas internas que son mucho más importantes que las externalidades en nuestra economía. ¿Por qué tenemos que “vivir” de la venta de nuestras materias primas? ¿Por qué el gobierno actual, y los que lo precedieron, no hicieron algo que nos libera de esa dependencia primario exportadora?
15 años de vacas gordas liberales alimentaron todo menos una consistente generación de condiciones para salir de esa dependencia. En los años 90 y el primer lustro de este siglo, alimentaron la corrupción sin límites de Fujimori y García, hoy día alimentan jugosos sueldos de una tecnocracia que no le interesa el Perú.
La diversificación y cambios sustantivos en nuestra estructura productiva en sus principales matrices, nunca estuvieron en su agenda.  La venta de nuestros metales y los altos precios era la “sabia” política económica de los gobiernos de estos 20 años. Ahora que los precios se caen y la balanza comercial se pone en rojo, gritan y se rasgan las vestiduras echándole la culpa a China por “desacelerar” su economía, patético y propio de  quienes han perdido el rumbo ético de la gobernanza.
En consecuencia, la “desaceleración” que desquicia a Castilla y compañía no es responsabilidad exclusiva, ni mucho menos, de quienes ya no nos compran nuestras materias primas, sino sobre todo de la irresponsabilidad de quienes, cómodamente instalados en las oficinas del MEF, dejaron que el “Piloto Automático”, primario exportador, se encargue de la economía nacional.

Lima, 25 de abril de 2014.

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