miércoles, 3 de julio de 2013

LOS PASOS DE FRONTERA

LOS PASOS DE FRONTERA

En el mundo, el tema de los pasos de frontera es una vieja historia.

Uno de los primeros anuncios de intervención pública en los procesos de control fronterizo está registrado en las Directivas del Anexo General del Convenio de Kyoto, 1974, por las cuales señala la conveniencia de promover la simplificación y armonización de los regímenes aduaneros del mundo.

Desde entonces se recomendaba la implementación de controles fronterizos bajo modalidades derivadas de la yuxtaposición de controles, en las cuales se generarían condiciones para una administración aduanera cooperativa hasta llegar a un único control aduanero de ambos países, es decir, un control integrado.

Ocho años después, las Naciones Unidas, 1982, propicia la suscripción del Convenio Internacional sobre Armonización de los Controles de Mercancías en las Fronteras, con el objeto de reducir los obstáculos a los intercambios comerciales internacionales. Este instrumento, a la fecha, ha sido suscrito por 55 países, la mayoría de ellos europeos y solo Cuba de todo el continente americano.

Pero lo más sustantivo de los esfuerzos por facilitar el control fronterizo, viene desde 1985 como parte de un trascendental proceso de integración iniciada por los Estados de Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo que decidieron formar la entonces Comunidad Económica Europea.  Estos países, entre otros asuntos, acuerdan mediante el Convenio de Schengen, suprimir gradualmente los controles fronterizos en sus pasos de frontera comunes.

El citado acuerdo dispuso que en aquellos pasos donde aún subsistiera el control fronterizo, el mismo se realizaría bajo la modalidad de oficinas yuxtapuestas, evitando con ello la doble parada. El control de vehículos de turismo solo sería “una simple inspección ocular” en plena marcha y los ciudadanos que viven en áreas fronterizas comunes podrán transitar libremente por cualquier punto de la frontera. Asimismo,  las autoridades aduaneras y policiales reforzarían la cooperación entre ellas para luchar contra el fraude fiscal y aduanero, el contrabando, y el movimiento irregular de capitales.  

Todo ello actualmente es una realidad, ya no solo en los cinco Estados que iniciaron el proceso de facilitación fronteriza, sino en los 28 países que hoy forman la Unión Europea. Por tanto, lo que solía ser comercio y tráfico internacional entre los Estados Miembros, se ha convertido en un comercio y tráfico interno de la Unión.

En América del Sur, aún cuando lo estamos haciendo con demora, tenemos experiencias importantes tales como del MERCOSUR + Chile, la de la CAN, y la de países de distintos bloques, que han logrado acuerdos marcos y específicos, que han facilitado la adopción del sistema de control integrado por los Estados involucrados.

Ese dinamismo se inició en 1993 cuando los países de MERCOSUR firmaron el Acuerdo de Recife y convinieron en implementar centros de control integrado en sus pasos de frontera.   Los más avanzados sistemas de control fronterizo están en ese bloque, especialmente en las fronteras de Brasil y Argentina.

En la CAN, en junio 2001, con la Decisión 502,  se acuerda implementar los Centros Binacionales de Atención en Frontera, cuyas expresiones más visibles de concreción están en los pasos de frontera que comparten Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú.

Las experiencias de estos bloques subregionales, así como las que se vienen produciendo entre pares de países de ambos bloques, resulta una referencia sustantiva en este tema.  Sin duda, estos son hitos de un proceso acumulativo y de capitalización de conocimientos, del desarrollo conceptual y metodológico sobre el tema, así como administrativo y operativo, que se ha producido en estos últimos 13 años y que el Perú ha decidido aprovecharlo.

De otro lado, la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), soporte técnico de COSIPLAN, es otro gran espacio donde los pasos de frontera adquieren personalidad propia.

En COSIPLAN/UNASUR se ha comprendido que el desarrollo de la infraestructura es importante, particularmente cuando se convierte en condición básica de los procesos de integración económica de nuestros países, cuando permite optimizar la organización y planificación territorial, cuando promueve el desarrollo productivo y dinamiza el comercio intra regional, dándole sentido cabal al concepto de Ejes de Integración y Desarrollo (EID).

En esa lógica, con IIRSA/COSISPLAN se logró posicionar el concepto de integración, generando diversos espacios de trabajo conjunto que, entre otros, permitieron identificar 531 proyectos de integración y 31 de ellos incluidos en la Agenda Priorizada de Proyectos de Integración (API).  Sin embargo, la falta de financiamiento, de difusión, ausencia de mecanismos de seguimiento y evaluación, el débil o nulo efecto vinculante de los consensos alcanzados en IIRSA, entre otras dificultades, determinaron una baja ejecución de los proyectos mencionados.

Esas dificultades, felizmente para nuestra Sudamérica, han comenzado a superarse con el esfuerzo creciente de UNASUR y con la nueva dinámica que COSIPLAN le viene imprimiendo a los Proyectos de infraestructura y desarrollo.  Es evidente que los mecanismo mencionados constituyen una institucionalidad sudamericana mucho más fuerte que los previos, con claro respaldo político de sus más altas autoridades que generan condiciones suficientes para que sus acuerdos alcancen razonables niveles de naturaleza vinculante, en un marco de inclusión social, equidad y participación ciudadana que establece el Tratado Constitutivo de UNASUR.

En ese marco institucional y político, resulta de la más alta importancia para los objetivos del presente encuentro promover y participar activamente en el Proceso Sectorial de Integración (PSI) referido a los Pasos de Frontera.  En este campo es necesario impulsar los estudios y financiamiento que requieren nuestros más importantes pasos de frontera, actuales y potenciales, no solo en el campo de la infraestructura de control fronterizo, sino sobre todo de procedimientos y procesos de control fronterizo integrado binacional que nos aproximen a la modernidad y competitividad que el Perú requiere en el concierto sudamericano.

Los pasos de frontera son, per se, factores fundamentales de articulación de corredores y de espacios de integración.  No tiene sentido, entonces, construir  vías de primer nivel cuando los pasos de frontera que tiene que atravesar son ineficientes y precarios.  son los casos de Iñapari, Desaguadero y el Eje Vial Nº1, incluidas en carreteras de primer nivel, los pasos de frontera son verdaderos cuellos de botella que le quitan eficiencia a las vías y puentes costosamente construidos, erosionando con ello la competitividad del país.  Esta constatación resultaría suficiente argumento para que todos los pasos de frontera vinculados a los EID debieran ser parte de la API. Pero no siempre es así.

Es por ello que debemos redoblar esfuerzos para superar nuestras insuficiencias, a fin de estar en las mejores condiciones para responder a la dinámica de flujos de personas, vehículos y mercancías desencadenada por el desarrollo de nuestros países, que hoy día otorgan a nuestra región índices económicos privilegiados, ello ha dado como resultado importantes inversiones en nuestras infraestructura vial, por ello se reclama otra mirada, mucho más moderna y pragmática, conveniente a los intereses de nuestro país en su relación con la región en su conjunto.

Siendo verdad lo anterior, en el caso del Perú no debe entenderse que estamos promoviendo una proliferación de pasos de frontera en los más de 7,000 km de fronteras que tiene el Perú con cinco países vecinos.  Los 27 pasos que hoy tiene el Perú pueden ser muchos o pocos en relación a la creciente importancia del comercio bilateral por carretera y por medios fluviales, pero su atención gradual y sistemática en el mediano plazo debe ser establecido en estudios que reflejen objetivamente necesidades de habilitación y requerimientos de recursos para dicho efecto.  Dicho estudio será realizado en los siguientes meses con una Cooperación Técnica del BID.



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