UN BAILE DE DOS, NO HAY OTRA FORMA DE HACER CONTROL INTEGRADO
La gestión
pública, o tercerizada, en los pasos de frontera, desde su habilitación, configura
un escenario donde entran en acción dos o tres protagonistas, a eso en el Perú
se le ha venido llamando coloquialmente un “baile de dos”, cuando no de tres. Si, además, acuerdan implementar un sistema
de control fronterizo, en cualquiera de sus modalidades operativas, desde las
más elementales formas de control fronterizo hasta las más modernas que
incluyen sistemas de control integrado, el escenario donde dos o tres
protagonistas actúan se muestra mucho más claramente.
Esta
constatación, que no amerita una sesuda investigación, se da en el momento de
la coordinación bilateral o trilateral habilitante del paso, en el interno de
los organismos que operan en el paso de cara al “otro lado”, en el conjunto de
organismos de ambos países que decidieron una gestión conjunta del control
fronterizo, etc.
Sobre la base de
los acuerdos multi o bilaterales, se establecen mecanismos bilaterales de
coordinación local, cuya composición privilegia la participación de los funcionarios
locales del control fronterizo de ambos países, sin perjuicio de estar
acompañados de funcionarios de mayor jerarquía, sobre todo cuando se tiene que
tomar alguna decisión que no contemple las competencias ni atribuciones que les
reconoce sus normas y procedimientos reglamentarios aprobados por ellos y
ratificados por sus autoridades nacionales. Estos son los casos de los Comités
de Coordinación Bilateral (CCB) y las Mesas Informáticas acordados entre el
Perú, Chile y Brasil, o las Juntas de
Administradores (JA) acordados entre el Perú con Bolivia y Ecuador.
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